Wednesday 23 September 2009

Los recuerdos son cada días más dulces, el olvido sólo se llevó la mitad.

Y supe que el amor tiene ojos verdes, que cuatro palos tiene la baraja, que nunca vuelve aquello que se pierde y la marea sube y luego baja.

Cada uno a su manera, cada quien con sus modos; detrás estamos todos, usted, yo y el de enfrente.

Puede que a ti te guste o puede que no pero el caso es que tenemos mucho en común. Bajo un mismo cielo, más o menos azul, compartimos el aire y adoramos al sol.

La conciencia nos amolda a un guión convencional en el que casi nunca somos protagonistas.

Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz, juegan con cosas que no tienen repuesto y la culpa es del otro si algo les sale mal. Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Recuerdos que volaron lejos o que los armarios encierran; cuando está por cambiar el tiempo, como las heridas de guerra, vuelven a dolernos de nuevo.

Saca de paseo a tus instintos y ventílalos al sol y no dosifiques los placeres; si puedes, derróchalos.

Bienaventurados los que están en el fondo del pozo porque de ahí en adelante sólo cabe ir mejorando.

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