Si intentara describir brevemente el 2009 para mi, creo que no encontraría las palabras adecuadas. Fue el año en que más sensasiones me tocó vivir, el año en que no me faltó nada. Si tuviera que elegir entre "bueno" y "malo", definitivamente diría "malo". Pero de todas formas, si somos un poco optimistas, de esas cosas malas que nos hicieron sufrir podemos sacar provecho. No sé si de todo lo que pasó voy a poder aprender ahora, a dos días de haber terminado el año, o faltan aún diez años para que sepa interpretar aquellas enseñanzas. Pero me llevo conmigo esas experiencias, y la certeza de que en algún momento me van a servir.
¿Qué no me pasó..? Encaré el año con la sonrisa pintada, y con la mejor predisposición para enfrentar lo que sea. Sin embargo, no fue suficiente. La típica: un paso para adelante, y dos para atrás.. No hice más que reincidir en cada error que cometí, no hice más que desaprovechar las oportunidades que tuve. A fin de cuentas, pensando en frío, te da más bronca que lo que pasó haya sido por tu culpa, que el hecho en sí. Y en verdad fue eso lo que hizo que haya sido tan decepcionante este año para mí... Lo decepcionante es no aprender a tiempo, lo decepcionante para uno mismo es no saber cómo manejar una situación, y más decepcionante todavía es perder algo valioso para uno por culpa propia... Después no se puede reclamar nada, ¡que frustración!
Este año, también, sufrí una pérdida que hizo que me planteara muchas cosas que jamás había pensado... La tristeza de tener que acostumbrarte a no ver a una persona muy querida nunca más, el saber que no está y que no va a volver. Eso, por ejemplo, me ayudó a darme cuenta que hay que valorar la vida, porque de un momento a otro se acaba... No quiero dejar metas por alcanzar, ni sueños sin cumplir...
Me dí cuenta que cuando nos pasan muchas cosas malas seguidas, decimos "es una mala racha, ya pasará", o "será mala suerte..", "el mundo está en contra mío". Porque hasta yo lo dije en muchas ocasiones... Y más tarde, me dí cuenta que en realidad todo lo que nos pasa depende de cada uno de nosotros. Hay cosas que influyen, por supuesto, pero, ¡podemos acomodar nuestra vida a lo que nosotros más nos conviene! ¿Por qué no? "La vida", ¿qué es eso? Nuestra vida se escribe con cada paso que damos nosotros, que DECIDIMOS dar nosotros. Nadie nos obliga a nada, no hay un Dios manejándonos desde arriba y dictando nuestra historia, no hay un destino propuesto de antemano que ya sabe cómo, cuándo, dónde y por qué nos vamos a morir. Sólo estamos nosotros, parados en medio de la calle, nada más tenemos que elegir en qué esquina doblar, y en la próxima calle tendremos que hacerlo otra vez. El temor de muchos es doblar siempre en el mismo lugar, y acabar dándole vueltas a lo mismo, una vez, dos veces, tres veces, y muchas más, sumando la frustración de no haber aprendido de ninguna de aquellas vueltas en círculo. Pero después de todo, ¿a quién no le pasó?
Después de equivocarme cinco veces, e ir de contramano una y otra vez, entendí que lo primero que tengo que superar es el miedo a volver a equivocarme, y deeespués enfocarme en el error en sí...
Perdí a dos personas que significaron sólo cosas buenas para mí, a dos personas que me enseñaron a crecer, a vivir, a reír, a besar, a amar. Encontré gente de todo tipo con muchas cosas buenas, pero en ellos dos: encontré algo más, algo especial... Todavía no me explico cómo siendo tan distintos pude sentir algo tan fuerte como el amor, aunque hayan sido, a la vez, dos amores tan diferentes... Fueron dos relaciones increíbles, en momentos inovidables que voy a llevar siempre conmigo... Y con ellos, logré eso y mucho más, logré ser totalmente feliz, y logré darles felicidad, y después los perdí por mi culpa, por no saber valorarlos, a los dos, a los amores más profundos que sentí. De todo eso, lo único que me quedó es una duda: no saber si ellos todavía guardan algo bueno de mí, o prefieren olvidarme por el daño que les causé. Preguntas que no van a tener respuesta nunca... Y es éste el momento en que empezás a darte cuenta de que no hay que "portarse bien" para los demás, sino para uno mismo. Los errores que cometemos, después, sólo nos pasan factura a los que, justamente, los cometemos... Porque como todos dicen: "todo vuelve", todo se paga de alguna forma...
En fin, habiendo perdido amigas, amores, familiares, habiéndome decepcionado a mí misma en tantos aspectos, ahora lo único que tengo en mente es poner en práctica todas las cosas aprendidas durante este año que comienza... Vamos a ver qué pasa... Con mis miedos un poco más lejos, mi corazón un poco más fuerte, mi cabeza un poco más preparada, y mi cuerpo con más ganas de disfrutar, ¡saludo al 2010!
