Sunday 7 February 2010

Ángel González (Oviedo, 06/09/1925 – Madrid, 12/01/2008)

"Aquí no pasa nada, salvo el tiempo: irrepetible música que resuena, ya extinguida, en un corazón hueco, abandonado, que alguien toma un momento, escucha y tira"
"Pongo en juego mi vida, y pierdo, y luego vuelvo a empezar, sin vida, otra partida"

Ángel González
(Gente como vos, no debería morir nunca)


Menos dos alas

González era un ángel menos dos alas,
Gonzalez era un santo por lo civil,
un dandy con un ojo a la funerala,
tan rojo, tan Oviedo y tan zascandil.

Hilaba en los garitos de mala nota,
boleros de Machín con Juanín de Mieres.
Apurando esos whiskys en los que flotan
la luna de las golfas y los crupieres.

Cuando volvía del extranjero,
tan forastero,
a las dos no era de día,
a las seis ya era de noche.
"Pídame un coche,
fumando espero"
y le aplaudían los camareros.

Otoños y otras luces, pan con verbenas
su príncipe de Gales, tan Cortefiel.
Tratado de urbanismo, Juan de Mairena,
chicana, magdalena, tinta y papel.

Verde por la vergüenza que no tenía,
hasta ayudó a Caronte a quemar sus naves,
decía que morirse no era tan grave
y agonizó en voz baja por cortesía.

Cuando volvía del extranjero
tan forastero,
a las dos no era de día,
a las seis ya era de noche,
viva el derroche,
muera el dinero,
y le aplaudían los camareros.

Joaquín Sabina y Benjamín Prado.

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